AUTONOMÍA E
INICIATIVA PERSONAL
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A lo largo de este viaje
emprendido a través de la Orientación Profesional, considero que entre las
competencias adquiridas, la que más he podido desarrollar ha sido la de
Autonomía e Iniciativa Personal. Considero esta competencia como base para el
día a día, no sólo como futura profesional de la Psicopedagogía, sino como
persona y protagonista de mi propia vida. Creo que durante el tiempo que he
cursado la asignatura, se me han planteado diferentes situaciones en las que he
tenido que “echar mano” de esta competencia, adquiriendo habilidades y
capacidades que sin duda alguna ahora ya forman parte de mí. Es por ello que
considero de vital importancia la profundización en la competencia de Autonomía
e Iniciativa personal.
El término competencia o
competencias básicas/clave surge inicialmente en un contexto vinculado a la
formación y al empleo. La OCDE (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo económico), elaboró el
informe DeSeCo (Definición y Selección de Competencias) por medio del cual las
competencias básicas pasaron a formar parte de los sistemas educativos
europeos. De este modo, la competencia Autonomía e Iniciativa Personal se
convertía en una componente fundamental de las competencias clave, aunque con
variaciones en cuanto a su denominación dependiendo del país, por ejemplo
espíritu empresarial o sentido de la iniciativa y espíritu de empresa.
He querido realizar la
presentación con la imagen de un iceberg porque representa a la perfección el
sentido de la competencia que nos atañe. La competencia de Autonomía e
Iniciativa Personal, a menudo se da por adquirida, bien de manera espontánea o
a la largo de la vida, sin ayuda de nadie. Suele considerarse como algo que se
tiene, quizá sea porque cuando realmente una persona posee de verdad esta
competencia parece algo fácil e incluso innato. Sin embargo, la adquisición de
la misma lleva consigo un arduo trabajo. Al igual que la imagen del iceberg,
cuando lo ves sólo aprecias un pedazo de hielo, algo sencillo de esquivar, en
cambio, debajo del mismo se encuentra todo lo que éste conlleva. Al igual que
con nuestra competencia.
Lo primero que debemos saber para
comprender en qué consiste esta competencia es el hecho de por qué es
importante. Su inclusión se justifica por su aportación a la educación
integral. Es una competencia que el alumnado va a necesitar a lo largo de su
vida y contribuye a que éste lleve a cabo una realización personal, profesional
y social. En este sentido, , la
autonomía e iniciativa personal puede considerarse como una competencia básica
entre las básicas, tanto para la vida del alumno/a desde las tres perspectivas
mencionadas como para el desarrollo del niño/a en el ámbito escolar.
Como sabemos, esta competencia tiene dos partes, si embargo, el primer
término (autonomía) podemos considerarlo más amplio y que por tanto incluye al
de iniciativa personal. Una persona que es autónoma, podrá llegar a realizar
diferentes acciones de manera personal, como tener iniciativa. En cambio, el
hecho de tener iniciativa no implica ser autónomo/a en lo demás. Como señalan
Puig y Martín, los dos términos que aparecen en la competencia, autonomía e iniciativa, no tienen la misma importancia: “el primer concepto (autonomía) es mucho más amplio y acaba por englobar
al segundo. Es como si dentro del concepto marco de autonomía se hubiese
distinguido uno de sus aspectos parciales”.
Con respecto al primer término, autonomía,
éste hace referencia a tomar mis propias decisiones, hacer lo que
quiera con mi vida, con mi cuerpo, con mi tiempo, siempre y cuando que mis acciones o decisiones no afecten a
los demás.
En el vídeo de Alicia en el país de las
maravillas, el gato le pregunta que la elección del camino dependerá de a dónde
quiera ir ella. Alicia, sin embargo, establece que eso no es lo que importa, lo
importante es que él le diga a dónde debe ir. Y es que estamos acostumbrados a
no pensar por nosotros mismos. Esta competencia pretende favorecer el
desarrollo del pensamiento autónomo. Alicia estaba equivocada, lo que realmente
no importa es el camino que escoja siempre y cuando ese camino lo haya elegido
ella.
Con respecto a la segunda parte de la
competencia (iniciativa personal), podemos desglosar el concepto en sus dos
términos. Por una parte iniciativa y por otra personal. Para tener iniciativa
lo primero que hace falta es querer. Una vez de que se quiere tener iniciativa
se podrá llegar a tener y podremos desarrollar la autoconfianza en la acción. Esto requiere, entre otras cosas, reflexión
individual y ejercicio de responsabilidad tanto en el ámbito personal, como
social y laboral, lo cual favorecerá que el individuo sea cada vez más
autónomo. Está muy ligada a la motivación y a vencer el qué dirán, la presión
de los otros, al hecho de hacer algo cuando las condiciones no te lo favorecen.
Vencer los estereotipos desarrollados con el paso del tiempo (ejemplo de
hombre-mujer, imagen estereotipada), ser conscientes de que las cosas pueden
ser de otra manera y querer buscar cómo, conformarse o no, en definitiva, aprender a pensar.
El
aprendizaje es un proceso que implica a las capacidades del ser humano, un
mismo problema puede ser resuelto de varias maneras algunas más rápidas, otras
de un modo más sencillo, otras de un modo más complicado, para algunos con una
lógica impresionante y para otros de una manera poco lógica. Nuestra mente,
hecha mano de sus habilidades y no todos, pensamos igual, ni actuamos igual,
con lo que el pensamiento es libre de buscar sus respuestas. Cuando dirigimos el pensamiento de nuestros alumnos/as hacia una
pedagogía determinada nos olvidamos de aquellos que van a encontrar sus
respuestas de una manera poco usual dejando poca libertad de pensamiento.
En cuanto a la relación de la
competencia sobre la que venimos hablando y el resto de competencias que
conviene que desarrollemos, cabe resaltar la estrecha relación que existe entre
autonomía e iniciativa personal y la competencia de aprender a aprender. Uno de
los objetivos de aprender a aprender es el de realizar el aprendizaje de manera
cada vez más autónoma, iniciarse en el aprendizaje con ayuda y ser capaz de
continuarlo de manera independiente y esa independencia es la que se desarrolla
a través de esta competencia . De este mismo modo, para alcanzar un cierto
grado de autonomía hay que aprender a pensar por uno mismo/a, aspecto que también
se trabaja a través de la competencia de aprender a aprender. Además, la
competencia de aprender a aprender,
hace mención a la reflexión sobre una misma: qué puedo y qué no puedo
hacer para saber así de qué manera aprendo mejor. Y en esa reflexión entra muy
en juego la motivación y la motivación está muy relacionada con la iniciativa
personal.
Como maestra, se que la escuela adquiere
un papel fundamental a la hora de desarrollar una serie de competencias base
para la vida de nuestro alumnado.
A pesar de que todas las competencias se
tienen que enseñar de manera transversal, sabemos que hay alguna competencia
que se corresponde con un área por lo que es seguro que ciertas competencias se
va a enseñar. Sin embargo, la competencia Autonomía e Iniciativa personal no
tiene un área que le corresponda por lo que tenemos que ser más conscientes de que debe ser
metadisciplinar, al igual que la competencia de Aprender a Aprender, y
cerciorarnos de que se crean situaciones en la que los alumnos y alumnas puedan
adquirirlas. Para ello hay que trabajar una serie de conocimientos habilidades,
aptitudes y actitudes:
Visión positiva
Independencia
Asunción de riesgos
Aprovechamiento de oportunidades
Liderazgo
Determinación
Seguridad
Motivación
Responsabilidad
Adaptación
Sentido común
Criterio propio
Equilibrio
Búsqueda de soluciones
Confianza
Errar para aprender
Diligencia
*Habilidades sociales y valores (parte
de la competencia social y ciudadana que debemos tener siempre presente a la
hora de desarrollar la autonomía e iniciativa personal): respeto, diálogo,
cooperación.
A continuación, quiero relacionar la
competencia de autonomía e iniciativa personal con las diferentes áreas del
aprendizaje escolar.
Con respecto a cómo se enseña esta
competencia en las distintas etapas de aprendizaje:
EDUCACIÓN INFANTIL
A pesar de que en esta etapa no se trabaje por competencias, se
proporcionan situaciones para que adquieran Autonomía e Iniciativa Personal.
En Educación Infantil los alumnos y alumnas se rigen por el lema “yo
solito/a”
Esto supone el valerse por sí mismo en el
desarrollo de las habilidades de la vida diaria (alimentación, vestido, aseo,
salud y cuidado personal) y se trabaja sobre todo el conocimiento de sí mismo y
la autonomía personal. En esta etapa realizan también rutinas. A medida que se
van familiarizando con esas acciones, los alumnos y alumnas cogen confianza
comenzando así a desarrollar los valores, actitudes y habilidades que hemos
visto anteriormente como sentido común, criterio propio o búsqueda de soluciones. Con respecto a la
Iniciativa personal es muy importante que en esas edades se marquen unos
límites o se den unas pautas donde ellos puedan decidir por sí mismos dentro de
unos mínimos establecidos.
EDUCACIÓN PRIMARIA
En primaria cada área contribuye a la
adquisición de las diferentes competencias claves:
-CONOCIMIENTO DEL MEDIO
Realización de debates, trabajos
individuales o de grupo. Pensamiento autocrítico con el medio ambiente.
-EDUCACIÓN ARTÍSTICA
Exploración, indagación, eligiendo recursos,
esfuerzo para alcanzar resultados originales.
-EDUCACIÓN FÍSICA
Toma de decisiones en situaciones de
autosuperación, perseverancia y actitud positiva, así como la importancia de la
organización individual y colectiva. Fomento de la adquisición de una actitud
abierta, respetuosa y positiva ante el deporte (autosuperación, perseverancia
ante tareas de dificultad técnica o en la mejora de la condición física).
-EDUCACIÓN PARA LA
CIUDADANÍA
Basándose en el respeto a sí mismo y hacia
los demás, se potencian el diálogo, el debate, la participación respetuosa y la
valoración crítica de las ideas.
El reforzamiento de la autonomía, autoestima
e identidad personal para la toma de decisiones, el saber comportarse y
responsabilizarse de las decisiones adoptadas y consecuencias de las mismas.
Muchas veces van a dar charlas.
-LENGUA CASTELLANA
A través del lenguaje se contribuye a
organizar el pensamiento, comunicar afectos y sentimientos y regular emociones.
-LENGUA EXTRANJERA
Se desarrolla la autonomía en cuanto a que
se reflexiona sobre el propio aprendizaje para buscar las estrategias más
eficaces. Afán de superación, pérdida de vergüenza, confianza en sí mismo. Se
trabajan mucho las habilidades sociales al tratarse de un idioma y ser algo
necesario para poder relacionarnos con otras personas.
-MATEMÁTICAS
La resolución de problemas, búsqueda de
soluciones, aprender del error.
-INFORMÁTICA:
La adaptación a nuevas situaciones en un
mundo tecnológico en constante cambio, exigiendo la reformulación de estrategias
y la adopción de nuevos puntos de vista.
ED. SECUNDARIA
En Educación Secundaria el alumnado está
más cerca de la vida. El colegio
ha sido una simulación de todo a lo que se va a poder tener que enfrentar en su
día a día. De este modo, en esta etapa, además de contribuir por medio de cada
área, se le plantea situaciones donde ha de tener mayor nivel de independencia
como la toma de decisión a la hora de estudiar. También es en esta etapa donde
se aprecia si los alumnos y alumnas van adquiriendo esta competencia con la
manera de solucionar los problemas entre compañeros y compañeras o la forma de
dirigirse a los docentes.
Con respecto a la metodología es
necesario que ésta sea activa, reflexiva y participativa que fomente la
confianza, la responsabilidad, la autocrítica y el desarrollo de la capacidad
de superación en el alumnado, incentivando la iniciativa, el rendimiento y una
sana ambición personal y profesional.
(Competencia para la Autonomía e iniciativa Personal, Marco Teórico.
Departamento de
investigación, Universidades e Investigación, Gobierno Vasco)
Para finalizar, es importante saber que hay una serie de aspectos muy relacionados
con el desarrollo de esta competencia (vistos anteriormente) y que se pueden
aplicar a las ocho competencias básicas que hay que aprender en la escuela así
como al resto de competencias
profesionales y personales que pueden adquirirse a lo largo de la vida. Estos
aspectos son: creatividad, capacidad de iniciativa, pensamiento crítico, resolución de problemas, compromiso,
liderazgo, orientación al logro, toma de decisiones, evaluación del riesgo y regulación de los sentimientos entre otros. Por lo tanto, podemos
afirmar que, como indica el informe DeSeCo, «para el correcto desarrollo de la competencia para la autonomía e
iniciativa personal, es necesario saber movilizar el resto de competencias
basadas en aprender a pensar, saber comunicar, saber usar las TIC, saber
relacionarse, saber ser uno-a mismo-a y tener iniciativa».
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